Desde este sábado 7 de junio, la Sala Horacio Peterson presenta El cruce sobre el Niágara, un reconocido texto del peruano Alonso Alegría que ha sido montado en más de cincuenta países. La dirección corre por cuenta de Melissa Wolf. Este espectáculo cuenta con el apoyo del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT) y el Grupo Actoral 80.
Se trata de una obra para dos actores, en este caso Daniel Rodríguez y Jesús Cova, quienes interpretan a Charles Blondin y Carlo, respectivamente. Blondin es un curioso personaje real: un equilibrista francés, célebre por cruzar la cuerda floja, más de catorce veces, sobre las Cataratas del Niágara en el siglo XIX.
La obra sucede a partir de la inesperada visita del joven Carlo quien acude ante el acróbata con el fin de echarle en cara su mediocridad, su descuido y su dejadez en el oficio del cual presume. Pero en el fondo, el muchacho es un gran admirador del equilibrista.
Se entrelaza así un interesante vínculo entre ambos personajes, del que surge un acuerdo: Blondin cruzará una vez más la cuerda floja sobre las furiosas cataratas, esta vez con Carlo sobre sus hombros, lo que se convertirá en el mayor reto de sus vidas.
Sobre este texto, Melissa Wolf, su directora, señala que es "una obra que nos habla de lo posible, del compromiso y del infinito poder de la amistad."
La iluminación es de José Jiménez, la asistencia de dirección está a cargo de Luis Chicott y la asistencia de escena es de Juan Vicente Pérez.
El cruce sobre el Niágara se presentará en la Sala Horacio Peterson del Ateneo de Caracas, de jueves a sábados a las 8 de la noche y los domingos a las 6 de la tarde, hasta el 29 de junio.
Se trata de una obra para dos actores, en este caso Daniel Rodríguez y Jesús Cova, quienes interpretan a Charles Blondin y Carlo, respectivamente. Blondin es un curioso personaje real: un equilibrista francés, célebre por cruzar la cuerda floja, más de catorce veces, sobre las Cataratas del Niágara en el siglo XIX.
La obra sucede a partir de la inesperada visita del joven Carlo quien acude ante el acróbata con el fin de echarle en cara su mediocridad, su descuido y su dejadez en el oficio del cual presume. Pero en el fondo, el muchacho es un gran admirador del equilibrista.
Se entrelaza así un interesante vínculo entre ambos personajes, del que surge un acuerdo: Blondin cruzará una vez más la cuerda floja sobre las furiosas cataratas, esta vez con Carlo sobre sus hombros, lo que se convertirá en el mayor reto de sus vidas.
Sobre este texto, Melissa Wolf, su directora, señala que es "una obra que nos habla de lo posible, del compromiso y del infinito poder de la amistad."
La iluminación es de José Jiménez, la asistencia de dirección está a cargo de Luis Chicott y la asistencia de escena es de Juan Vicente Pérez.
El cruce sobre el Niágara se presentará en la Sala Horacio Peterson del Ateneo de Caracas, de jueves a sábados a las 8 de la noche y los domingos a las 6 de la tarde, hasta el 29 de junio.
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